La musicalidad del lenguaje sirve para hacer llegar nuestro mensaje y recordarlo sin esfuerzo. A la hora de escribir textos en tu web, te recomendamos que tengas en cuenta cómo suenan las palabras.
Musical: que posee rasgos propios de la música, como la armonía, la sonoridad, etc. Sonoro: que suena bien, o que suena mucho y agradablemente.
La musicalidad de las palabras
Las palabras por cómo suenan son sugerentes, desagradables, estridentes, entrañables, y hay que tenerlo en cuenta al escogerlas.
Seguro que has oído eso de ‘no abuses del gerundio en un texto’. El motivo principal es que hay mucho peligro de un mal uso (cuando indica posterioridad al suceso del verbo principal, cuando hace el papel de adjetivo para modificar un sustantivo…). Pero hay otro motivo: la musicalidad de cualquier gerundio monopoliza la frase.
Ejemplo práctico. ‘Empezando el año con rebajas’. Empezando hace un tobogán sonoro que resta importancia a rebajas, que era el mensaje principal. Y eso que rebajas tiene el fonema vibrante /rr/.
El uso de las figuras retóricas para añadir musicalidad a los textos
Las figuras retóricas nos pueden ayudar a crear textos sonoros, estas cinco son solo una muestra:
Aliteración: repetición de sonidos.
Un cambio como comienzo.
Paranomasia: colocar cerca dos palabras similares en sonido pero distintas en significado.
Mimarse y mirarse.
Anáfora: repetición de palabras.
Regala compañía, regala ocio, regala tiempo.
Onomatopeya: imitación lingüística o representación de un sonido natural
Ñam ñam.
Similcadencia: repetir palabras que acaban con verbos conjugados en el mismo tiempo y persona.
Salir, comer, disfrutar, volver.
Truco: leer en alto lo que hemos escrito ayuda a sentir su musicalidad.
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