Vivimos en la era de la comunicación y el conocimiento, y eso es gracias a la tecnología y a Internet. Ha revolucionado la manera de enseñar y aprender, y por eso ha sido tan natural que la tecnología haya entrado en las aulas.
Punto de partida: el contexto de la educación en el siglo XXI
La historia de la educación reglada en España comienza en la Edad Media, aunque tal y como la conocemos ahora tiene sus inicios en la segunda mitad del siglo XIX con la Ley Moyano. La enseñanza y la educación ha ido cambiando a lo largo de los años, pero especialmente a lo largo del siglo XX gracias a la universalización y la obligatoriedad de la enseñanza básica.
Pero si hay algo que está determinando los cambios educativos actuales, eso es Internet. En ningún momento como ahora se había conseguido una democratización semejante del conocimiento. Puedes aprender casi cualquier cosa online si le dedicas tiempo.
Internet es equiparable en la historia a la invención de la escritura en cuanto a difusión de conocimiento. Y por tanto, debe estar presente en todos los centros educativos. Porque, de hecho, ya está presente en el día a día de los alumnos (lo integremos o no).
Aula TIC
Todos los centros educativos hablan ya en sus programas educativos de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Pero, ¿qué es un aula TIC? Es aquella que aprovecha recursos tecnológicos para mejorar el aprendizaje. Estas son algunas de las ventajas de un aula TIC:
- Motivación y flexibilidad.
- Aprendizaje activo y colaborativo, en el que se desarrolla la creatividad y curiosidad.
- Mayor autonomía.
- Nuevo abanico de actividades para reforzar los contenidos.
Las aulas TIC cada vez incluyen más equipamiento, a parte de los ordenadores, como pueden ser pizarras digitales, tabletas o mesas táctiles. Hay una cosa a tener en cuenta: para que este sistema funcione, toda la comunidad educativa, tanto profesores como alumnos y familias, debe disponer de las herramientas necesarias (equipos, conexión…).
Internet como fuente de información
Hoy en día, estamos a solo un clic de buscar cualquier cosa. Lejos quedan los tiempos en los que para documentarse había que acudir a una biblioteca y consultar varios manuales. Pero claro, nos enfrentamos a un nuevo reto: el problema no es encontrar la información, sino conseguir que sea de calidad.
Uno de los objetivos de los maestros en las aulas es enseñar a encontrar información que provenga de fuentes fiables, que esté contrastada y que no sea un plagio. Porque, claro, eso de poder copiar cualquier texto pulsando solo dos teclas abre un mundo de posibilidades.
Ya existen una gran cantidad de aplicaciones que ayudan a saber si un texto ha sido copiado literalmente o si es original, como por ejemplo Plagscan o Duplichecker. Aunque con una simple búsqueda de una frase entrecomillada en el buscador de Google podemos saber rápidamente si ha sido copiada literalmente o no.
Uso seguro de las nuevas tecnologías
Existe una gran preocupación por que los niños y niñas hagan un uso responsable y sin riesgos de Internet. Para ello, hay comunidades autónomas que han creado directorios de gran interés como este de la Comunidad de Madrid o esta guía del Observatorio de la Infancia en Andalucía.
Educación a distancia
La formación a distancia existe desde hace muchos años. Ya desde principios del siglo XX gracias a la imprenta y servicios de correos fue posible recibir en casa fascículos de formación a distancia, aunque tenía un gran problema: no había interacción entre profesorado y alumnado.
Y esa es la gran virtud de la educación a distancia hoy en día: Internet ha conseguido que la experiencia de la educación a distancia sea tan real como la presencial.
Además, la crisis sanitaria de la COVID-19 en 2020 ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de la digitalización, y es una gran aliada en las estrategias de las escuelas y centros formativos en su comunicación.
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